El gobierno británico deportó entre los años 30 y 60 a miles de niños pobres o recluidos en orfanatos hacia sus colonias de la Commonwealth. Estos niños, considerados una carga en Inglaterra, eran trasladados hacia Australia, Sudáfrica y Canadá con la promesa de tener una familia y mejores oportunidades. Muchos de ellos ni siquiera eran huérfanos y casi nunca encontraron una familia de acogida, sino que fueron empleados como mano de obra barata e incluso muchos de ellos sufrieron abusos.
Cuando en la actualidad ha trascendido la noticia (siempre muy tarde), los primeros ministros australiano y británico se deshacen en trasnochadas disculpas por los "errores" antaño cometidos.
Si te interesa conocer más a fondo la noticia puedes encontrar más información consultando este artículo del diario "El país"
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